Cuando no tengo azul, pongo rojo

"Al entrar en contacto con un color determinado, éste se sincroniza de inmediato con el espíritu humano, produciendo un efecto decidido e importante en el estado de ánimo"

(Johann Wolfgang von Goethe)

Colores que evocan, colores que provocan

La fascinante teoría del color forma parte del inestimable legado de Goethe. El color como una entidad con lenguaje propio, con el poder de modificar nuestra percepción y nuestros estados de ánimo. 

Un color es nuevo cada vez que lo miramos y, por ello, describir la intimidad de un color es un ejercicio difícil:
  • Amarillo es el color que está más cerca de la luz. Siempre me ha parecido un color brillante, vital, sereno, alegre y, suavemente excitante
  • Azul es el color que me aquieta, el que me da paz y armonía. Es el color que encuentro en la escucha pausada del murmullo del mundo, del cielo, del agua, de la noche...ese azul que resuena en mí como nostalgia, como tranquilidad y frescura 
  • Rojo es el color de la pasión, de la abundancia, de la gracia y de la atracción; es ese color que me da fuerza
  • Verde es el color que me alivia y me reconforta,  el de mis plantas, el de antes y después de una idea, el que me acompaña cuando he de hacer algo que requiere mi atención
  • Morado es el color que expresa el misterio con mayor fuerza, el color de mis secretos, el de la intuición y el de la magia.
Cada mañana el mundo es un lienzo blanco esperando que lo impregnes de tus colores.
"Cuando no tengo azul, pongo rojo" (Picasso).

Todos los besos