Quien anda con suavidad, llega lejos



Balance: Estudio comparativo de las circunstancias de una situación, o de los factores que intervienen en un proceso, para tratar de prever su evolución (RAE)

 “…y he llegado a la conclusión de que si las cicatrices enseñan, las caricias también”
(Mario Benedetti)

Desde hace años, la víspera de mi cumpleaños, me gusta sentarme tranquilamente a recordar lo que ha ocurrido durante el año, parar y hacer inventario. No creo en el “borrón y cuenta nueva” porque haya pasado lo que haya pasado, sea bueno o malo, es algo que está ahí y que, sin duda ha servido para aprender. Este año ha estado cargado de ese aprendizaje siempre necesario y de experiencias reveladoras, de lecciones, sin duda. Hacer balance nos lleva a intentar analizar con más perspectiva lo que ha ido ocurriendo, lo que hemos hecho bien y las cosas en las que nos hemos equivocado, a reflexionar sobre qué hemos aprendido, con qué nos quedamos, qué ha merecido la pena, qué fue lo verdaderamente importante, qué nos ha hecho crecer, qué hemos dejado y cómo está lo que nos rodea.

Quizá estemos ante un año lleno de esfuerzo, un año complicado en el que nos damos cuenta de que, cuando la vida golpea con fuerza, es mejor construir escenarios que no se desvanezcan con un soplo. Quizá haya sido un año de travesía del desierto para después remontar y reconocer lo sagrado de la vida, lo que nos resulta esencial…un año de tomar conciencia de lo que hemos vivido en el pasado y de que no se puede cambiar, pero sí cambiar el sentido que hemos dado a aquéllo que vivimos…Quizá haya sido un año de silencios, a veces llenos de palabras. Las cosas que más necesitamos oír son, a veces, difíciles de decir…Quizá haya sido un año para perdonar. Perdonar no significa comprender, defender o aprobar cómo se portó aquella persona que nos hizo tanto daño o intentar reprimir artificialmente los sentimientos que provocó su conducta. Perdonar tampoco significa borrar de la memoria lo que pasó, fingiendo que la herida, la humillación o la ofensa nunca existieron. Perdonar significa aceptar que nos hicieron daño pero que no podemos cambiarlo y abrir de nuevo la puerta de nuestro corazón, con la esperanza de que el tiempo encuentre el final perfecto.

Quizá haya sido un año de cumplir sueños, de darse cuenta, de despertar…un año de realización (que no de éxito). La realización es lúcida, discreta, humilde y habla de logro, esencialmente interno…esencialmente silencioso, sin aplausos …Quizá haya sido un año de confiar y creer, de volver a creer en que no todo vale, de dejarse llevar por el corazón más que nunca, de vivir con pasión cada instante, de descubrir la felicidad en lo pequeño y de saber que lo fácil no es lo que merece siempre la pena. Quizá haya sido un año de arriesgarse porque es mejor arrepentirse de algo que hemos hecho que quedarnos con el “y si…”…un año de comprobar, una vez más, que cuando nada tiene sentido, lo único que nos soporta, que nos hace ir para delante, es el amor.

Por eso,  me quedo con lo mejor de lo vivido, con el coraje de arriesgarse una y otra vez, con la fuerza y la rebeldía para capear el temporal y las tormentas, con las risas de este año, me quedo con tu sonrisa, me quedo con los desayunos tranquilos, con las charlitas sin fin, con los cafés que acaban en noches de fiesta, con los paseos por la montaña, con tus palabras bonitas, con las llamadas inesperadas, …definitivamente me quedo con la ternura, con DARLO TODO siempre, con DARLO TODO en un mensaje, me quedo con las palabras que escribes pensando en alguien, en lo que quieres hacerle sentir... Sin duda, ha sido un año para dar GRACIAS, de gratitud infinita a quiénes me hacen feliz y lo saben y a todos los que lo consiguen sin proponérselo. Me encantaría, este nuevo año, seguir andando por el camino de la vida, quizá más cómoda, de forma liviana, más suave y, sobre todo, en paz…..porque no hay noche sin día, ni dolor sin esperanza… Dice un proverbio chino Quien anda con suavidad llega lejos”.

El regalo de este post: una reflexión hermosísima de Rabindranath Tagore que refuerza  aquéllo de que las cosas no se dicen, se hacen, porque al hacerlas se dicen solas…implicarse, no dejar ni vivir con nada pendiente, darlo todo, poner el corazón… VIVIR CON PASIÓN.

“No importa lo que sintamos o sepamos, no importan nuestros dotes potenciales o talentos, sólo la acción les da vida. Muchos de nosotros entendemos conceptos como el compromiso, el coraje, y el amor, pero en realidad saber es hacer. Hacer trae la comprensión, y las acciones convierten conocimientos en sabiduría. No puedes atravesar el mar simplemente mirando al agua.”


Todos los besos