Historia: Conjunto de los acontecimientos ocurridos a alguien a lo largo de su vida o en un período de ella (RAE)
“Dicen que la historia se repite, lo cierto es que sus lecciones no se aprovechan” (Camille Sée)
La vida es desierto y oasis. La vida nos llena, nos zarandea,
nos derriba, nos provoca, nos lastima, nos enseña, nos convierte en
protagonistas de nuestra propia historia; al fin y al cabo, ¿qué seríamos sin
una historia?…Aún así, todavía a veces, descubro sorprendida que estoy hecha de
ellas, que tú también estás hecho de historias que nos ocurren en nuestro
encuentro con el mundo…y es curioso que, además sean historias únicas porque
cada uno tenemos nuestro “paisaje” y nuestras circunstancias, cada uno
respondemos a lo que nos ocurre de forma diferente. Somos nuestras historias
que pueden parecerse en la forma, pero no en el fondo y en el significado…por
eso, lo que a mí me hace sentirme libre, a ti te hace sentir incómodo por la
incertidumbre que te genera, o lo que a ti te produce satisfacción, a mi me hace
sentir melancolía. Somos historias, estamos hechos de historias y, cuando
buscamos la forma de encontrarles sentido, de aprovecharlas o de sortearlas, nuestra
vida va adquiriendo forma.
Con ellas y a través de ellas, sembramos
posibilidades, creamos circunstancias, abrimos caminos, favorecemos
oportunidades…por eso trato evitar aferrarme a las historias del pasado que me hicieron
daño, por eso trato de recordar que el pasado ya pasó, que no tiene sentido seguir
preguntándose porqué, que es necesario superar esos momentos y seguir adelante.
Aprender a vivir también con esas historias y utilizarlas como trampolín no
como sofá. Siempre he creído que el dolor es tan saludable en nuestras vidas
como lo es la tristeza; sólo hay que tener cuidado de no transformarlo en
sufrimiento.
Aprender a entrar y a salir de nuestras historias.
Aprender a soltar lo que ya no necesito, lo que ya he perdido, los momentos que
fueron etapas de mi vida y que ya han pasado. Hay que cerrar capítulos, hay que
vaciarse de historias para poder llenarse de otras nuevas, hay que perderse
para encontrarse,…seguir adelante, simplemente porque ya no encajas en aquel
lugar…porque ya no eres quién que fuiste hace dos días, hace tres o hace un año.
El regalo de este post es la recomendación de un libro
que es una joyita, El hombre que se enamoró de
la luna, de Tom Spanbauer del que he extraído la frase del título del post:
“Lo único que evita que el viento se nos lleve son
nuestras historias. Ellas nos dan un nombre y nos colocan en un lugar, nos
permiten seguir tocando”
Todo vale la pena porque somos quienes somos por aquéllo
que hemos vivido, por nuestras pérdidas, nuestras renuncias, nuestras ilusiones,
nuestras alegrías,…nuestras HISTORIAS… Lo
único que evita que el viento se nos lleve son nuestras historias”. (Tom
Spanbauer)
Todos los besos