Cuando
lo frágil se hace bello y fuerte…
“El sabio no se sienta a lamentarse, se pone alegremente a su tarea de reparar el daño hecho”
(William Shakespeare)
Ayer, cuando conversaba contigo, dijiste “sabes que el daño no se puede reparar”…y, esas palabras, han
dado pie a este post.
¿No se puede?...creo que lo que distingue a una buena relación es la capacidad de reparar, de enmendar, de corregir, de remediar el daño hecho. Saber decir lo siento, me he equivocado…¿hablamos de ello? y, todo eso, hacerlo de forma sostenida, sin dejar pasar las cosas después de "cada vez". Importa el cómo reparar pero, sobre todo, el momento de hacerlo y éste es siempre, lo antes posible. Es mucho más complicado encontrar una solución si, conscientes del daño, no lo remediamos enseguida.
Cuando los japoneses reparan objetos rotos (kintsukuroi), enaltecen la zona dañada rellenando las grietas con oro. Ellos creen que, cuando algo ha sufrido un daño y tiene una historia, se vuelve más hermoso. El resultado es que la cerámica no sólo queda reparada sino que es aún más fuerte que la original. En lugar de tratar de ocultar los defectos y grietas, éstos se acentúan y celebran, ya que ahora se han convertido en la parte más fuerte de la pieza.
La vida está repleta de grietas, de momentos en los que nos rompemos, de
fracasos, de desengaños, de pérdidas. A veces hacemos daño, a veces nos lo
hacen…Cuando algo valioso se quiebra, podemos elegir ponernos manos a la obra para repararlo de inmediato. La prueba de la fragilidad de una relación y su capacidad
para recuperarse es lo que la hace más hermosa. ¿Difícil hacerlo?, ¡sin duda! requiere estar atento, ser conscientes de lo que ha ocurrido, conocerse, saber cómo usar nuestros puntos fuertes, aprender a escuchar a quiénes pueden ayudarte, recoger los trozos rotos y recomponerlos con cuidado y delicadeza. No
hay reparación sin paciencia; en el kintsukuroi, el proceso de secado es determinante y puede llevar semanas e incluso meses. Es lo que garantiza la cohesión y la durabilidad.
QUERER reparar lo que nos rompieron o
que rompimos…cuánto antes...es el desafío . Rotos y nuevos, únicos, irreemplazables,
así somos…“El mundo nos rompe a todos, y
luego algunos se hacen más fuertes en las partes rotas” (Ernest Hemingway)
Todos los besos