Ternura:
“Sentimiento de cariño entrañable” (RAE)
“Cuando
sabemos dar ternura y también sabemos recibirla, nos damos cuenta de que se
halla presente en todas partes” (Jacques Brel)
Cafuné es una palabra preciosa que utilizan en Brasil; la utilizan para nombrar el movimiento de pasar los dedos entre el cabello de alguien a quien quieres.
La ternura es la expresión más auténtica, más serena, bella, firme y audaz del amor…la cualidad de las cosas que emocionan
dulcemente. Ekman dice que “la
ternura es una emoción básica que hemos descuidado. En ella, se armoniza la
necesidad de cuidado, el afecto, la empatía y esa necesidad de cercanía, con la
cual, conferir seguridad y atención”. La expresión de la ternura es suave, cálida,
delicada y valiente. La ternura hace
fuerte el amor, es un sostén emocional fundamental; la capacidad de apreciar y
recibir, de estar atento y dispuesto, de desear que estés bien, de tocarte el corazón.
Allí dónde eres tierno, aparecen los pequeños
descubrimientos: una sonrisa que acaricia, un gesto amable, una forma de hacer,
la demostración de interés, la escucha atenta, el asombro, un
abrazo sincero, sentido, una mano revestida de paciencia que toca sin herir, una mirada cálida que acompaña, que acoge, que descubre y lo demuestra
todo... una voz suave, un adiós, un reencuentro, un gracias, un perdón o un
tequiero. En cada palabra, en cada gesto y en esos detalles se inscriben los
mimos y ese cariño sincero que acaricia y que te hace vulnerable, abierto y sensible
a los misterios del otro, también de la vida “Nada es pequeño en el amor. Aquellos que esperan las grandes
oportunidades para demostrar su ternura no saben amar” (Laure
Conan).
El primer regalo de este post es una frase preciosa del
escritor José Mauro De Vasconcelos:
“Ahora que había descubierto lo que era la ternura, la ponía en todo lo
que me gustaba”
El segundo es la recomendación de un libro estupendo
de Luis
Carlos Restrepo, El derecho a la
ternura. La educación para la ternura exige revalorizar nuestro mundo afectivo.
Tu ternura me acaricia, me abraza y protege. Da belleza
a mi vida, me conmueve, me sostiene. No puede haber amor sin ternura, sin la
decisión profunda de no hacer daño a quien amamos. En el arte, como en el amor, es la ternura lo que le da la fuerza (Oscar Wilde).
Todos los besos