Dime dónde y nos perdemos juntos

Un plan perfecto…Quedamos?...Te regalo un atardecer compartido… llevaré quesos,  vino, pan, algunos dulces, música y la mantita… un momento de quietud porque, a veces, pesa la vida…, con lo bonita que es, a veces también duele. Antoine de Saint-Exupéry escribía “Lo único importante es la vastedad del alma, con sus climas, sus montañas, sus desiertos de silencio, sus deshielos, sus pendientes floridas, sus aguas durmientes (...) En ellla se basa tu felicidad y ya no puedes separarte... “.
Vamos a descansar, a pensar, a hablar, a mirarnos, a caminar, a sentir el viento de otoño en la cara… Hay un trocito en la novela Primavera con una esquina rota de Mario Benedetti, que dice “Me gusta el viento. No sé por qué, pero cuando camino contra el viento parece que borra cosas. Quiero decir: cosas que quiero borrar”.
Te regalo un momento lleno de delicadeza…delicadeza…¡qué palabra!...Para la RAE, la "atención y exquisito miramiento con las personas o las cosas, en las obras o en las palabras" . ¡Cómo me gusta esta definición! …cada vez  me doy más cuenta de  que es algo que necesito,…la serenidad al hacer y al decir, cultivar la calidez y la imaginación,  el modo de acoger, de cuidar,  la forma de poner en agua unas flores, de estar en silencio o de preparar la mesa para una cena… Parar el tiempo e interesarse por el corazón del otro, ser generosos en lo grande y en lo pequeño, reavivar el placer sencillo de las caricias, de las miradas, de los abrazos, derrochar a conciencia sonrisas y risas… Muchos gestos pequeños.
El psicólogo inglés Richard Wiseman realizó un estudio para saber qué gestos nos devuelven la vida y la emoción en nuestras relaciones; en los primeros puestos de la lista una opción segura es hacer cosas divertidas e inesperadas (taparle los ojos y darle una sorpresa agradable o llevarle a pasar un fin de semana a algún sitio emocionante)…También los actos sencillos de consideración, de delicadeza: prepararle un baño de espuma al llegar del trabajo, llevarle el desayuno a la cama, traerle un ramo de flores, enviarle un mensaje bonito o dejar una notita… La escritura expresiva, así se llama, es otro gesto con puntuación relevante. Consiste en escribir cada semana pensamientos y sentimientos respecto a esa otra persona, una técnica que  ayuda a pensar y a hablar de forma más positiva.
El médico y escritor Albert Figueras, autor de Pequeñas grandes cosas explica:” Afortunadamente, está en nuestras manos pararnos a reflexionar, comprometernos a cuidar nuestras relaciones personales y la que mantenemos con nosotros mismos.
Ser delicados es algo que hacemos de forma natural cuando estamos enamorados. En esos momentos, las barreras caen y la confianza en la otra persona hace que el cerebro produzca oxitocina y endorfinas, dos sustancias que evitan la agresividad y nos ayudan a ver la vida de una manera más positiva. Por el contrario, las situaciones que discurren con ansiedad y velocidad nos invitan a protegernos mentalmente, poniendo de nuevo barreras para evitar el daño potencial que puede venir de los individuos que nos rodean”.
Cuando vamos a toda prisa, es casi imposible conectar. Para hacerlo, necesitamos mirar y sentir a la otra persona, darle ese tiempo.
En situaciones de estrés, la oxitocina y las endorfinas brillan por su ausencia porque el cerebro produce otras sustancias que nos preparan para huir o luchar. Por eso es tan importante nos paremos cuando todo vaya demasiado deprisa. La  psicóloga Isabel Larraburu, autora Atención plena comenta “Parece una herejía en estos tiempos de multitarea y rapidez. Pero no es cierto que seamos más útiles y eficientes si hacemos las cosas velozmente. Nos perdemos la plenitud, que es la capacidad potencial de ser felices. Oír cuando hay que oír, sin tener el ordenador encendido al mismo tiempo, mirar como si todo fuera nuevo y acabáramos de conocer a la persona que tenemos enfrente”. La atención plena es la capacidad de centrar la atención en el presente. Hay muchísimas técnicas para trabajarla, como este video, One moment meditation, excelente, sobre la meditación en cualquier lugar y en cualquier momento. Es uno de los mejores ejemplos de atención plena.
La delicadeza es el camino directo al corazón. “En nuestra sociedad nos escuchamos mal –subraya el autor de la novela La delicadeza,  David Foenkinos–. Estamos en un mundo hiperintrusivo y vigilado. Sin embargo, en la delicadeza hay un espacio de libertad, de distancia”.  ¿Reivindicamos la delicadeza como palabra clave para este tiempo árido? Sin duda, la necesitamos. “Todavía hay tiempo para imaginar cualquier cosa, para creer que aparecerás en cualquier instante, para incluso creer que me buscas”. Julio Cortázar 
Y ahora…sube el volumen, cierra los ojos, escucha con atención la letra y sueña, …Poison and Wine, de The civil wars .
Todos los besos