Cuando te acaricié me di cuenta de que había vivido con mis manos vacías

Caricia Demostración cariñosa que consiste en rozar suavemente con la mano la piel de otra persona (RAE).

 “Embriguémonos de caricias hasta la mañana, saciémonos de amores” (Proverbios 7:18)
La piel es el órgano más extenso del cuerpo humano con  dos metros cuadrados, 5 kilos  y entre 6 y 10 millones de receptores sensoriales que transmiten información de diferentes tipos a nuestro cerebro. Los límites de nuestra piel son nuestra frontera con el mundo, por eso es tan importante el sentido del tacto, el primero en desarrollarse y, probablemente, el último en dejar de funcionar al final de la vida.
Decimos “es una cuestión de piel” para explicar  la incomprensible conducta de acercamiento o de rechazo que sentimos hacia algunas personas; pero es así,…es cuestión de piel. “El encuentro entre dos personalidades es como el contacto entre dos sustancias químicas: si hay alguna reacción, ambas se transforman” (Carl G.Jung).  Realmente se produce una reacción expansiva que ocasiona una sensación  de relajación y calor. El roce entre pieles acaba siendo lo más íntimo entre dos personas y eso no lo despierta cualquiera, sólo aquellos que tienen un pasaporte mágico para cruzar sutilmente nuestras fronteras.
Las caricias transmiten información de la piel al cerebro por medio de nervios con una velocidad de conducción muy lenta, es por eso, que los roces lentos y suaves en nuestra piel nos resultan tan placenteros. La carencia  de caricias amorosa durante las primeras etapas de la vida pueden tener efectos negativos en la vida adulta lo mismo que “vivir en un mundo en el que el tacto está siendo relegado a un segundo plano con el aumento de redes sociales que fomentan una comunicación sin contacto” (Francis Mc Glone).
Cualquier tipo de contacto es un acto de comunicación. El lenguaje de las caricias es rico y sofisticado, tan elocuente o más que las palabras, de ahí la importancia de la ternura, de la actitud de cuidado, del amor que se manifiesta con una caricia. Nos gusta,  necesitamos ser reconocidos más allá del mérito por lo que hacemos o de nuestro talento, necesitamos un reconocimiento que no es valorativo, sino incondicional, esencial: ese gesto de aprecio… Las caricias, las palabras, las miradas no sólo aportan consuelo, alivio, ternura, atención, afecto, sino que tienen a la capacidad de transformarnos, haciéndonos sentir mejor.
Caricias que consuelan, que alivian, que despiertan el deseo, caricias llenas de pasión, también llenas de ternura, de gratitud, de compasión, de esperanza, de complicidad, de perdón…Imprescindibles para vivir…necesitamos las mejores caricias de las personas más bellas… “Las personas más bellas con las que me he encontrado son aquellas que han conocido la derrota, conocido el sufrimiento, conocido la lucha conocido la pérdida, y han encontrado su forma de salir de las profundidades. Estas personas tienen una apreciación, una sensibilidad y una comprensión de la vida que los llena de compasión, humildad y de una profunda inquietud amorosa. La gente bella no surge de la nada” (Elisabeth Kubler-Ross)
El primer regalo de este post, un video del psicólogo  Claude Steiner, animándonos a acariciar a los demás con el tacto y con las palabras…
El segundo, el  informe sobre caricias de Mario Benedetti.
1
La caricia es un lenguaje
si tus caricias me hablan
no quisiera que se callen

2
La caricia no es la copia
de otra caricia lejana
es una nueva versión
casi siempre mejorada

3
Es la fiesta de la piel
la caricia mientras dura
y cuando se aleja deja
sin amparo a la lujuria

4
Las caricias de los sueños
que son prodigio y encanto
adolecen de un defecto
no tienen tacto

5
Como aventura y enigma
la caricia empieza antes
de convertirse en caricia

6
Es claro que lo mejor
no es la caricia en sí misma
sino su continuación

Todos los besos y todos los mimos