Atracción Fuerza
para ganar la voluntad, el afecto, el gusto o la atención de otra persona (RAE)
“Lo difícil atrae, lo
imposible seduce, lo complicado asusta, lo extremadamente complicado enamora” (Paulo Coelho)
¿Por qué nos atrae más una persona que el resto?. Es una pregunta difícil porque realmente nadie
sabe la respuesta. Recientemente, unos científicos israelíes han relacionado la
atracción con la carga genética. Lo cierto es que existen algunas variables
situacionales como la distancia, la exposición y la reciprocidad que influyen
en la atracción, así como también lo hacen una serie de variables
interpersonales como la atracción física, algunas características sociodemográficas
y la actitud. Parece que, en ésto de la atracción, además también influye el
momento.
Según Helen Fisher, en las mujeres, la atracción se asocia con una mayor
actividad en áreas cerebrales relacionadas con la capacidad de rememorar,
mientras que en los hombres, esa mayor actividad se produce en la región que se
relaciona con la integración de los estímulos visuales. Eso hace que, lo que
nos atrae, sea diferente.
Para que exista “química” en las relaciones tiene que existir
atracción y esa química implica sintonía, emoción, afinidad y reciprocidad.…y,
aunque no nos besamos pensando en la química, cuando un beso funciona, se
produce un cóctel de hormonas y de neurotransmisores impresionante: sube la
oxitocina, que crea sensación de bienestar, sube la dopamina, que es un
estimulante natural que proporciona sensaciones de plenitud, euforia y cambios
de humor y sube la serotonina, provocando
buen humor y excelente disposición anímica. Es la magia
de la química amorosa. También suben las pulsaciones cardíacas, baja la tasa de
colesterol y se refuerza el sistema inmunitario. Aunque, antes que nada, un beso es placer, con él recogemos
información que nos dice mucho sobre nuestra compatibilidad genética, olfativa,
táctil y postural. Cuando un beso no funciona…
Andrew Marshall describe la etapa de enamoramiento (limerencia) y la etapa de establecimiento
del vínculo amoroso. En la primera, basta con dejarse llevar. Para mantener la
segunda es necesaria la conexión emocional y el contacto físico. ¡Qué importante
es la piel !
Para Robert Sternberg, del que
ya hablamos en otro post, el amor es una relación interpersonal con tres elementos, la
pasión, la intimidad y el compromiso. La pasión es el deseo que una persona
siente hacia otra, la intimidad es la compenetración o el conocimiento mutuo y
el compromiso es la dedicación de las personas mantener la relación frente a
cualquier obstáculo. Para Rosenberg, el éxito de una relación
se basa en la reciprocidad aunque sea en proporciones desiguales, en el
equilibrio entre lo que se espera recibir de una persona en el plano afectivo y
lo que se percibe que realmente se está recibiendo. Las relaciones se
desdibujan por falta de tiempo, por la superficialidad de los encuentros y por
la falta de profundidad en la comunicación.
Muchos
autores, como Richard Wiseman señalan lo que nos atrae, los detalles que nos gustan; incluso
algunos comentan lo que hombres y mujeres buscamos cuando nos sentimos atraídos
por otra persona. Los hombres buscan fundamentalmente sentir confianza, aceptación,
aprecio, admiración, aprobación y aliento y las mujeres buscamos fundamentalmente
cuidado, compresión, respeto, devoción, convalidación y tranquilidad. Revisemos
cada uno nuestra lista.
Nos atraen las personas con magia, …
Nos encantan las personas detallistas, siempre dispuestas a
entregar todo lo que está en su mano para hacernos felices, las personas cariñosas
que nos hacen sentir en casa y no nos castigan suprimiendo el afecto cuando se
enfadan, las que abren su corazón y, si les cuesta un mundo expresar los
sentimientos, al menos lo intentan, las que dicen de forma clara su opinión sin
herir, sin utilizar el sarcasmo, las que pueden ponerse en nuestros zapatos
antes de juzgarnos, las que nos protegen y cuidan sin agobiarnos, las que
cuidan su cuerpo y su espíritu, las personas pacientes, las personas capaces de
estirar el tiempo, las que intentan no llevar siempre sus problemas encima, las
que hacen que olvidemos las malas experiencias del pasado, las personas con memoria para recordar los
momentos bonitos eternamente, las que tienen una imaginación desbordante y ofrecen
siempre nuevas ideas, las personas
compasivas y sensibles, las personas que nos hacen reír y saben reírse de sí
mismas. Nos atraen las personas que explican las cosas con tacto, con buenas
formas y con cariño, las que no aconsejan de “forma sangrienta” e impositiva, las
personas que tienen claro lo que quieren, las que no prometen nada que no van a
cumplir y las que no tienen lados oscuros. Si hay algo que nos produce un
terrible rechazo son las personas cobardes, las personas que mienten una y otra
vez y las que, en sus días más negros, hieren y huyen pero siempre quedándose
cerca para asegurarse de haber causado el daño necesario.
El primer
regalo de este post…una canción que ya pusimos pero que el tema de hoy
(¡GRACIAS Ul por sugerir hablar de la atracción) pide a gritos:
El segundo…esta frase de Paulo Coelho, de su Manuscrito encontrado
en Accra:
…Ese don enigmático pegado a la piel que acompaña a algunas
personas, esa secreta atracción que desprenden por su forma de ser y de estar,
esa luz que brilla desde el interior, determina cada uno de sus actos y las hace
especiales…y es que hay ojos que crean dependencia y sonrisas que provocan
adicción. Hay personas que nos enamoran más allá de todo poder de resistencia.
Quién tiene magia, no
necesita trucos
Todos los besos