Con este frío, abriguémonos de ilusiones



Ilusionarse: Forjarse ilusiones (esperanzas cuyo cumplimiento parece especialmente atractivo) (RAE)
 “Una ilusión eterna, o por lo menos que renace a menudo en el alma humana, está muy cerca de ser una realidad” (André Maurois)

En mitad del Adviento es imposible no hablar de ilusión. Es una palabra que tiene, para cada uno de nosotros, un significado distinto. Para algunos es la fuerza para seguir adelante, para atreverse, para explorar los límites, para sorprenderse con lo inesperado; para otros, es la capacidad de soñar y de perseguir esos sueños o las ganas de vivir a pesar de los problemas o lo que da sentido a la vida o la esperanza o la energía (¡creer que se puede!). Asociamos la ilusión a conceptos y valores diferentes porque está ligada a nuestras propias emociones, a nuestros pensamientos y, sobre todo, a nuestra actitud. La ilusión es acción y está ligada a la vida.

Ilusionarse es descubrir y apreciar la magia de cada momento. Necesitamos la ilusión con toda su luz, con todo su brillo, para transformar nuestra realidad con muy poco, para saborear cada pequeño momento, para elegir cómo queremos vivir y para afrontar cada día con entusiasmo. No se trata de estar ingenuamente contentos porque siempre hay razones para la desesperanza, sino de pasar del desánimo a la ilusión. Martin Seligman, creador del concepto de optimismo inteligente confirma con sus investigaciones  que el entusiasmo está en las personas que viven plenamente cada momento del día, evitando el abatimiento. Amar la vida, aprender del pasado, disfrutar del presente e ilusionarse por el futuro.

Mirar a nuestro alrededor y poner atención en las cosas pequeñas, en los gestos amables, en las miradas tiernas, en los detalles, en un día con sol o en la pasión que transmite esa sonrisa que nos encanta. El secreto es vivir intensamente el momento y hacer especial cualquier cosa que hagamos. Poner todo nuestro corazón, toda nuestra mente y toda nuestra alma. La diferencia entre hacer algo y disfrutarlo está en el nivel de consciencia que estamos viviendo en cada momento, estar al cien por cien. Dice un proverbio sueco “Aquellos que desean cantar…siempre encuentran una canción”.

Luis Galindo, en su libro Reilusionarse nos ofrece ideas sobre cómo recuperar la ilusión… amar, alegrarse, encontrar sentido, perseverar, sembrar, compartir, agradecer,..con esfuerzo, con el trabajo bien hecho, con gratitud, con amistad, con pasión, con energía,… pero sobre todo,  con  entusiasmo, con fuerza y con coherencia.

Todos tenemos motivos para mantener la ilusión y capacidad para vivir ilusionados. Recordemos que la ilusión es una actitud, una palanca para promover cambios positivos en nuestra vida, una fuerza capaz de mover montañas. “El hombre tiene ilusiones como el pájaro alas. Eso es lo que lo sostiene” (Blaise Pascal). Las personas con ilusión marcan la diferencia porque saben que, ante las dificultades, hay que poner el doble de ilusión y el doble de pasión. Los momentos difíciles te hablan fácil de las buenas personas 


El primer regalo de este post, el vídeo con el anuncio de Lotería de Navidad de este año, del director Santiago Zannou, que evoca los buenos sentimientos de las personas, una emotiva historia con final feliz basada en una gran verdad: la ilusión sirve para luchar contra las circunstancias.,
El segundo regalo, la canción del mismo anuncio,  Glacierdel compositor irlandés James Vicent Mc Morrow, preciosa.
Y, el tercero, una frase de Walt Disney que llevo apuntada en la agenda:
“Aquel día aprendí que los sueños son solamente para hacerse realidad, desde aquel día ya no duermo para descansar, ahora simplemente duermo para soñar”.

Así que, queda prohibido levantarse sin ilusión, vestirse sin esperanza, salir a la calle sin fe y andar sin amor. “Si todo es ilusión, elijamos las ilusiones más bellas” (Alejandro Jodorowsky). Con este frío, abriguémonos de ilusiones. Dejémonos llevar por ellas, conocen el camino.

Todos los besos