Nadie encuentra su camino sin haberse perdido varias veces



Equivocarse: Tener o tomar algo por otra cosa, juzgando u obrando desacertadamente (RAE)

“Si no te equivocas de vez en cuando, es que no lo intentas” (Woody Allen)
“El único hombre que no se equivoca es el que nunca hace nada” (Goethe)

La vida es elegir  y en cada decisión,  la vida toma una dirección, se bifurca, se desdobla, nos sorprende. La vida es un constante de prueba y error. Equivocarse forma parte de la vida, es natural, es necesario. Tenemos que permitirnos probar, equivocarnos y aprender, aceptar el error como parte del ciclo de aprendizaje. No se equivoca quién ensaya distintos caminos para alcanzar sus metas; se equivoca el que por temor a equivocarse, no camina. Posiblemente, los peores errores de nuestra vida son los que no cometemos.

El error se ve como algo negativo, como un obstáculo, como algo que debe evitarse u ocultarse a toda costa. Tenemos miedo a equivocarnos, seguimos sin comprender que si no nos equivocamos de vez en cuando, no aprovechamos todas nuestras oportunidades;  nuestros errores son una oportunidad para hacer  las cosas de una forma diferente. Atreverse, arriesgar todo lo conseguido para lograr algo más valioso. “Si no puedes fallar, entonces no vale la pena” (Seth Godin).

Cómo gestionamos nuestras equivocaciones dice mucho de nosotros, de quiénes somos y de cómo funcionamos. A veces confundimos los errores con los fracasos (el fracaso es un error del que no se aprende) o no aceptamos la responsabilidad de habernos equivocado. Reconocer que nos hemos equivocado y no atribuir la “culpa” a otros distingue a las personas que aprenden de los errores de las que sólo tropiezan con ellos. Responsabilizarse, no culpar “Si cerráis la puerta a las equivocaciones, también la verdad se quedará fuera” (Rabrindanath Tagore). El valor del aprendizaje es el valor de la humildad.

Mahatma Gandhi utiliza las tres R de la palabra error para regalarnos una enseñanza: reconocimiento, cada fallo es una lección de humildad que nos enseña a prestar más atención y a aprender para mejorar; responsabilidad, cada error asumido nos recuerda que lo que sucede depende de nosotros y revolución, la conciencia del error es la oportunidad de seguir probando nuevas estrategias, de reorganizarnos y cambiar.

El primer regalo de este post: siete lecciones incluidas en el libro: El error positivo. Cómo convertir el error en una ventaja competitiva y una oportunidad de crecimiento, de Javier Escudero:
-       Se aprende con los aciertos. Cuando nos equivocamos aprendemos lecciones valiosas
-       No siempre los errores son fracasos.
-       Los errores se pueden gestionar
-       Hay errores que no son errores, aunque todo el mundo crea que lo son
-       Los errores te ayudan a estar alerta, a no bajar la guardia
-       El error exige a veces, volver a empezar, y no pasa nada
-       Se aprenden lecciones de los errores de los demás.


El segundo regalo, pequeños padawans, es una frase de Yoda, el gran maestro de la Orden Jedi que dice: “¿Quién nuestro mejor maestro es? Sin duda, nuestro error último siempre lo será.” Tu mejor maestro es tu último error
 La mejor forma de crecer es estar abiertos a equivocarnos tan a menudo como podamos. Aprender es equivocarse. “Equivocarse es la oportunidad de empezar de nuevo, con más inteligencia” (Henry Ford). Nadie encuentra su camino sin haberse perdido varias veces.


Todos los besos