Amigos: extraños seres que preguntan cómo estás y se quedan a escuchar la respuesta



Amistad: Afecto personal, puro y desinteresado, compartido con otra persona, que nace y se fortalece con el trato (RAE)
 “Caminar con un amigo en la oscuridad es mejor que caminar solo en la luz” (Helen Keller)

Qué cómodos nos hacen sentir nuestros amigos. Nos acompañan en los momentos alegres  y  también nos sostienen en los tristes, nos cogen de las manos, nos miran a los ojos, nos escuchan sin juzgarnos, nos animan  y  nos quieren siempre  “Un amigo lo sabe todo sobre ti  y, a pesar de ello, te quiere” (Elbert Hubbard). Están junto a nosotros sin invadir, sin exigir, sin ignorar, sin imponer, sin favorecer nuestros intentos de autoengaño  ni hacerse cómplices de nuestras equivocaciones, sino ayudándonos a conocernos más y a sacar lo mejor de nosotros mismos  “Amigo es la persona con la que puedes pensar en voz alta” (Ralph Waldo Emerson).

A veces, estamos tan pendientes de nuestro trabajo, de nuestras preocupaciones, de nuestras cosas que no les dedicamos la atención ni el tiempo necesario.  Afirmamos valorar mucho la amistad pero nuestras acciones no reflejan el gran valor que le otorgamos. No se puede buscar la amistad, hay que crearla y, para ello, tenemos que cuidar nuestras relaciones “La amistad nunca viene dada sino que debe conquistarse indefinidamente (Simeone de Beauvoir).

En las relaciones auténticas, la sinceridad es esencial y la confianza es absoluta. Confiar en una persona es un acto de entrega que se consolida poco a poco. Profundizar en la confianza requiere tiempo porque en la medida en que damos y recibimos, crece la confianza y se establece el vínculo.

También es un  factor clave del cuidado de las relaciones conversar acerca de los temas que importan con las personas que nos importan. Estar presentes y disponibles para hablar, exponer nuestros puntos de vista y aclarar. Mantener una actitud apreciativa de escucha y plantear con claridad y con respeto lo que nos preocupa. A veces, vamos tan deprisa que, cuando hablamos con otra persona, lo hacemos de forma rutinaria y sin prestar toda nuestra atención. “Percibe la verdadera situación del otro, ya que de lo contrario quizás le ofrezcas algo que le haga infeliz” (Thich Nhat Hanh).  Las personas pasan por nuestro lado, por nuestra vida, incluso las tenemos delante y no tenemos tiempo para ellas porque debemos cumplir nuestros planes. Así, la vida pasando y vamos dejando escapar momentos únicos, acumulando compromisos incumplidos, paseos no compartidos, conversaciones no mantenidas, personas no atendidas… oportunidades desperdiciadas “Muy pronto en la vida es muy tarde” (Marguerite Duras)

Consideremos sagrado cada uno de nuestros encuentros, estemos plenamente, entreguémonos completamente, hagamos sentir a la persona que tenemos delante que es lo más importante para nosotros en ese momento. La amistad requiere permeabilidad y flexibilidad, también compromiso de querer abrirse, de dejarse ver sin artificios, de estar disponibles, preparados y atentos a la presencia de nuestros amigos, a lo que les ocurre y necesitan, siempre con una buena dosis de cariño, de inteligencia, de madurez emocional y, ¡cómo no!, de voluntad.


El primer regalo de este post es un cuento sobre la amistad: La arena y la roca

El segundo, un texto precioso de Charles Chaplin…Necesito de alguien.

Amigos que la única puerta que quieren abrir es la de nuestro corazón, que jamás invadirán nuestro alma y nuestra vida sin nuestro consentimiento…que jamás usarán esa puerta abierta para disparar una flecha que nos hiera, que pase lo que pase nos dirán “tenemos que seguir adelante” porque saben que siempre hay que ir más allá de horizontes conocidos y que hay que disfrutar de cada instante a pesar de las tormentas…amigos que nos entregarán su cariño siempre sin restricciones, sin juicios, sin recompensas y sin castigos…Amigos, esos extraños seres que preguntan cómo estás y se quedan a escuchar la respuesta. 

Todos los besos