A ti podría decirte que, para mí, cualquier lugar es mi casa si eres tú quién abre la puerta



DICIEMBRE: Duodécimo mes del año. Tiene 31 días (RAE)

 “Si no te sale de dentro, a pesar de todo, no lo hagas. A no ser que salga espontáneamente de tu corazón, de tu mente, de tu boca y de tu interior, no lo hagas” (Charles Bukowski)

Diciembre… el último mes del año, un mes precioso en el que echamos la vista atrás parándonos  a pensar en lo que nos  ha sucedido, en lo mucho que ha cambiado nuestra vida en un año… en los que han estado a nuestro lado, en los que siguen estando y en los que ya no están, o mejor, siguen cerquita de otra forma. Cuando miramos atrás, nos damos cuenta de que la vida, a veces, tiene para nosotros lecciones por caminos complicados, “regalos en envolturas poco gratas”. NO hay que bajar la guardia, NO hay que rendirse. Jamás. Siempre es preciso saber cuándo se acaba una etapa de nuestra vida porque si insistimos en permanecer en ella más allá del tiempo necesario, perdemos la alegría y el sentido del resto. Cerrando círculos, o cerrando puertas, o cerrando capítulos, como queramos llamarlo. Lo importante es poder cerrarlos y dejar ir momentos de la vida que se han terminado. No podemos estar en el presente preguntándonos porqué. Lo que sucedió, sucedió, y hay que soltarlo, hay que desprenderse. Soltar…perdonar…dejar ir…aceptar que nos hicieron daño pero que no podemos cambiarlo y abrir de nuevo la puerta de nuestro corazón.

Por eso, Diciembre, este precioso y nostálgico mes, me gusta tanto…porque el final de un ciclo es también el comienzo de otro  y diciembre es  una sucesión de momentos mágicos, de disfrutar de los detalles que este mes esconde, de salir a la calle y perderse bajo las luces, de disfrutar de reencuentros, de larguísimos cafés con personas que ya empezaba a echar de menos, de desayunos tranquilos con charlitas sin fin, de comidas que acaban en noches de fiesta, de llamadas inesperadas y de otras que esperaba tanto, de planes improvisados con vosotras, chicas J, de que me arropes en tu abrazo cuando me quedo helada mientras paseamos,  de que mi ropa huela a tu perfume después de pasar el día contigo, de que te rías tanto cuando tardo en elegir  la cena, de escuchar a Chris Martin en el coche y cantar dándolo todo… Diciembre es un mes para sentir y, sobre todo, para hacer sentir. 

El primer regalo de este post es la recomendación de un libro, Dejar ir, de David R Hawkins.

El segundo… un trocito del poema Sin fin de Hamlet Lima Quintana.”

“(…) que cada uno cumpla con su propio destino,
elija su rumbo, reconozca sus pozo, riegue sus plantas, 
y si cae en la cuenta de que ha errado el camino,
que desande lo andado y reconstruya la casa.”

“A ti podría decirte que, para mí, cualquier lugar es mi casa si eres tú quién abre la puerta” . Elvira Sastre …¿Colgamos la estrella en lo más alto?

Todos los besos