A veces mi corazón va donde mi voz no llega



Tiempo de dilemas  

Muchas veces, cuando estamos a punto de hacer algo, sentimos que no hemos de hacerlo, vemos, sin saber cómo ni porqué, algo que nuestra lógica razón no comprende. Es una valoración rápida y precisa, que funciona recopilando todo lo que percibimos sin poder poner palabras. La intuición no reemplaza a la razón ni a la experiencia pero puede sernos muy útil.

 
La intuición se siente, se escucha, no se piensa; a diferencia del pensamiento lógico racional, procesamos la información de forma inconsciente. Seguir una intuición es "hacerle caso al corazón". Eric Rolf afirma que la intuición es el instrumento para interpretar los mensajes que nos manda la vida: "La vida nos habla a cada uno a través de un idioma único y personal. Se trata de un vocabulario que cada uno conoce muy bien, ya que se compone de sus propias experiencias y memorias vistas en forma metafórica: todas las vivencias, ideas y símbolos, todo lo que para uno tiene sentido, forma parte de su vocabulario. Cuando conectamos con nuestra intuición y recordamos algo, que puede ser una imagen, una sensación, un sonido…, no es simplemente un recuerdo o una alucinación, es información."
 
 
Saber cómo elegir el camino del corazón es aprender a seguir la intuición. La lógica puede decirte dónde podría conducirte un camino, pero no puede juzgar si tu corazón estará en él. Cuando actuamos desde el corazón, nuestras respuestas surgen del amor y de la confianza y no del miedo, de la ira o del rencor. No se trata de actuar por impulsos, que están influidos por emociones pasajeras sino de utilizar la intuición, que surge de la sabiduría interior. No hacer caso a la intuición es como ponerse de espaldas a la vida.

El regalo de este post son las palaras de la novela Dónde el corazón te lleve, de Susanna Tamaro…ya os las he regalado antes pero no me resisto a hacerlo de nuevo:

"Cuando ante ti se abran muchos caminos y no sepas cuál recorrer, no te metas en uno cualquiera al azar: siéntate y aguarda. Respira con la confiada profundidad con qué respiraste el día en que viniste al mundo, sin permitir que nada te distraiga: aguarda y aguarda más aún. Quédate quieta, en silencio, y escucha a tú corazón. Y cuando te hable, levántate y ve donde él te lleve..."

 
El corazón te dice lo que necesitas si le dejas hablar y sabes escucharlo. "A veces mi corazón va donde mi voz no llega" (Alejandro Sanz).
Todos los besos