Cuando haya lluvia, busca el arcoiris. Cuando haya oscuridad, busca las estrellas



Epifanía: un momento de sorpresiva revelación

“Las noches más oscuras tienen las estrellas más brillantes”
Osho

En el año 7 a.C. ocurrió una conjunción planetaria nada habitual, Júpiter se paseó casi por delante de Saturno, hasta en tres ocasiones en poco tiempo, en la constelación de Piscis. Los Reyes Magos interpretaron este hecho así: un gran rey (Júpiter), de Justicia (Saturno) nace entre los judíos (Piscis). Se esperaba la llegada del Mesías y estos signos indicaban estaba ocurriendo. Así que, cuando vieron la nova del 5 a.C., fue la señal definitiva. Comenzaron un viaje que duraría setenta días, en los que la estrella estuvo visible, hasta llegar a Belén. Incluso la Luna en fase creciente hizo su aparición muy próxima y bajo los planetas Júpiter y Saturno, un acontecimiento prácticamente único. Tal vez no fue un acontecimiento el que indicó el camino de los magos a Belén, sino la suma de todos ellos…señales…

Melchor, Gaspar y Baltasar se lanzaron de lleno a una arriesgada aventura … no sabían cuál era la meta final, pero se pusieron en camino. Sortearon desiertos, dificultades, obstáculos, emboscadas, pero llegaron. También nosotros estamos siempre en camino… subidas, bajadas, repechos, curvas cerradas…También nosotros caminamos buscando estrellas…señales que nos ayuden a seguir hacia delante.

Es momento de redescubrir la estrella...

El primer regalo de este post es la leyenda del cuarto Rey Mago…
Cuenta la leyenda que hubo un cuarto Rey mago que llegó tarde a la cita con los otros tres por ayudar a un anciano. Se desplazó por sus propios medios a Belén, pero la Sagrada Familia había partido ya hacia Egipto, en donde intentó buscarlos infructuosamente, pues siempre se enredaba ayudando a algún necesitado. Habiendo vuelto de nuevo a su lugar de origen, los tres Reyes Magos le contaron todo sobre el Niño Jesús, y en su corazón se prometió encontrarlo. Cuando después de 30 años oyó lo que se comentaba del profeta de Galilea, quiso verlo. Desafortunadamente, nunca llegaba en el momento oportuno, pues siempre tenía que atender las miserias que iba encontrando en el camino. Por fin, ya anciano, alcanzó a ver a Jesús subiendo al Gólgota, y le dijo: «Toda mi vida te he buscado sin poder encontrarte». Jesús contestó: «No necesitabas buscarme, porque tú siempre has estado a mi lado».


El segundo regalo es la relectura de un post de palabras bonitas, epifanía, Sorprenderse y maravillarse es comenzar a entender

Cuando haya lluvia, busca el arcoiris. Cuando haya oscuridad, busca las estrellas

Feliz día de Reyes
Todos los besos