Sentido: Razón de ser, finalidad (RAE)
“El
propósito de la vida es vivirla, disfrutar de la experiencia al extremo,
extender la mano con impaciencia y sin miedo a vivir experiencias más nuevas y
más enriquecedoras”
Eleanor Roosevelt
Ikigai es un término japonés sin una
traducción exacta al español. Significa tener
una razón para vivir. Es una palabra que utilizan los habitantes de la isla de Okinawa cuando quieren referirse
a aquello que hace que la vida merezca la pena, a nuestra razón de vivir, a aquello
que nos hace desear despertar cada mañana… El ikigai, el sentido de nuestra vida, es personal e intransferible,
es nuestro deseo íntimo, la fuerza que nos ayuda a superar obstáculos y que también
nos guía. ¿Has descubierto ya tu ikigai?
¿son tus hijos, tu pareja, tu profesión, tu deseo de triunfar en algo, de
aprender?...¿No lo has encontrado todavía? Si permanecemos atento, cada día
encontraremos diversos motivos que hacen que nuestra vida valga la pena, muchas
razones para querer despertarnos al día siguiente. Descubrir el sentido de
nuestra vida requiere un análisis interior profundo, no es una tarea fácil pero
sí esencial…Quién no sabe lo que busca, no entiende lo que encuentra; quién no
sabe a dónde va, no llega a ninguna parte. Por ello, descubrir el sentido de
nuestra vida es la forma más efectiva de crear la vida que realmente queremos
tener.
El sentido no puede inventarse, puede descubrirse. Descubrir esa clave nos
ayuda a construir nuestro propio proceso vital, a ser los protagonistas del
recorrido, a elegir cómo será nuestra existencia. Vivir significa asumir la
responsabilidad de encontrar respuestas a los avatares que la vida nos plantea.
“La última de las libertades humanas, la
libertad esencial, aquella que nadie nos puede arrebatar, es la de elegir
nuestra actitud ante sean cuales sean las circunstancias que nos rodean, por
difíciles, dolorosas, o complejas que sean tales circunstancias” (Viktor Frankl).
Además, el alcance de ese sentido trasciende los límites de nuestra existencia
individual. Todo buen propósito se acompaña de una reflexión sobre cómo contribuir
positivamente a la vida de los demás. Una vida con
sentido es la que pasa a formar parte de algo más elevado que nosotros, y
cuanto más elevado sea ese algo, más sentido tendrá nuestra existencia “Tener una vida con significado o sentido tiene que ver con sentirnos
conectados a algo más grande que nosotros mismos” (Martin Seligman).
El primer regalo de este post es un cuento dónde se expresa la esencia del propósito o sentido
de vida:
Un día paseaba por la ciudad un próspero comerciante
hindú y se encontró con un mendigo que pedía una limosna. Sintió lástima de ese
pobre hombre y le dio dos monedas.
Al finalizar el día, se volvieron a reencontrar cerca
de la plaza y el comerciante le preguntó: ¿qué has hecho con las dos monedas de
esta mañana? A lo que el mendigo respondió:
Con la primera me he comprado pan, para tener de qué
vivir, con la segunda me he comprado una rosa, para tener por qué vivir.
El segundo regalo es un video que te encantará:
¿Cuál es el propósito más grande con el que deseas comprometerte? ¿Qué
legado te gustaría dejar en este mundo?¿A través de qué capacidades puedes
expresarte?¿Qué te apasiona hacer? “El
significado de la vida es descubrir tu don, el propósito de la vida es
regalarlo” Pablo Picasso.
“Hoy tengo delante un solo camino y el cielo
sabe dónde conduce. Pero es mi camino… cada hombre debe encontrar su propio
camino” (Jean Paul Sartre)
Todos los besos