Hay quien vive toda una vida en un instante



Efímero: Que dura poco tiempo o es pasajero (RAE)

“Y no lo entiendo, fue tan efímero el caminar de tu dedo en mi espalda dibujando un corazón" (Melendi)
“Todo es efímero como el arco iris” 
(Virginia Woolf)

¿Por qué nos perdemos lo efímero cuando lo deseamos tanto?, ¿por qué no leer ese poema que no recordaremos mañana?,  ¿por qué decir que no a esa cena de miércoles sólo porque mañana sea un día de trabajo?, ¿por qué no escaparse a desayunar a ese sitio de Malasaña que nos encanta sólo porque estemos cansados?... El concepto del aquí y del ahora (del que ya van muchos, muchos posts)… Esta deliciosa vida que se expresa de repente con una explosión de belleza que sabemos que desaparecerá, ese instante que es y que se desvanece… Sakura significa, en japonés,  flor del cerezo…breve, efímera, bellísima, frágil…una metáfora de la vida…detenernos, observar con plenitud y con intensidad esa belleza nos despierta a la vida, nos hace apreciar su fragilidad, nos hace disfrutar de eso tan extraordinario que está ahí y que desaparecerá casi inmediatamente. Vivir, saborear la impermanencia del instante , sin la ansiedad que provoca el saber y el sentir que todo finaliza  (Hoy es siempre todavía).

No está en nuestras manos retener nada y, por eso, es necesario aprender  a disfrutar de lo fugaz, de lo efímero…la vida está compuesta por episodios que empiezan y acaban…esa mirada seductora que me hizo tropezar, tu sonrisa que iluminó mi día, ese abrazo por sorpresa cuando estaba a punto de explotar, ese mensaje con la luna (mi luna llena), esas pompas de jabón en una bañera llena de velas, ese ratito en aquella playa de arena roja, los fuegos artificiales de aquella noche…efímeros, fugaces, pasajeros y, tremendamente bellos… Momentos muy intensos que sabes que pasarán… ¿por qué no disfrutarlos y ya está?.

El primer regalo de este post son las palabras que, en 1658, escribió el médico inglés Thomas Browne:
“Apenas recordamos nuestras dichas, y los golpes más agudos de la pena nos dejan tan sólo punzadas efímeras. El sentido no tolera las extremidades, y los pesares nos destruyen o se destruyen. Llorar hasta volverse piedra es fábula: las aficiones producen callosidades, las desgracias son resbaladizas, o caen como la nieve sobre nosotros; lo cual, sin embargo, no es un infeliz entumecimiento. Ignorar los males venideros, y olvidar los males pasados, es una misericordiosa disposición de la naturaleza, por la cual digerimos la mixtura de nuestros escasos y malvados días; y al no recaer nuestros deliberados sentidos en hirientes remembranzas, nuestras penas no se mantienen en carne viva por el filo de las repeticiones.”

El segundo regalo es un fragmento de El Principito, de Antoine de Saint-Exupéry: (especialmente para ti Antonia, sé que te encanta):

“En sus viajes por los pequeños planetas de su galaxia, se encontró con un geógrafo que anotaba, en un gran libro de registro: montañas, ríos y estrellas. El Principito quiso registrar a su flor (aquélla que había dejado en su planeta) pero el geógrafo le dijo: “No registramos flores, porque no se puede tomar como referencia a las cosas efímeras”. Y el geógrafo le explicó al Principito que efímero quiere decir amenazado de pronta desaparición. Cuando el Principito escuchó esto, se entristeció mucho. Se había dado cuenta de que su rosa era efímera”

Aparcar la razón…quedarnos ahí, sentir el momento, deleitándonos con la belleza de algo que sabemos que durará un instante… no aferrarnos a ese momento que pasa y gozarlo al máximo…sólo así, aparece de repente la vida y todo empieza…Sakura tiene ese otro significado, la posibilidad de un nuevo principio…quererlo aunque desaparezca,  disfrutarlo porque puede acabarse… Seguir caminando hacia un lugar y, a la vez, vivir CON PASIÓN cada paso de ese camino…Como decía Al Pacino en Esencia de mujer: “Hay quien vive toda una vida en un instante”.


Todos los besos