Olfato: Sentido corporal con el que se perciben aromas
y sustancias dispersas, como el humo (RAE)
“El olfato es un poderoso mago que te
transporta a través de miles de kilómetros y a través de todos los años que has
vivido" (Hellen Keller)
La memoria puede retener hasta 10.000
aromas distintos frente a los 200 colores que reconoce. Recordamos el 35% de lo
que olemos, el 5% de lo que vemos, el 2%
de lo que oímos y el 1% de lo que tocamos y tardamos diez años en olvidar un olor
y sólo tres en olvidar una imagen. La anosmia
(ausencia total de olfato) afecta al 2% de la población mundial.
Me encanta ese olor a café en la cocina cuando empieza el día, lo
bien que huele tu piel o cómo huele tu pelo...disfruto mucho con esos olores que
me hacen viajar muy rápido, que me trasladan a lugares, a momentos únicos e
irrepetibles… y es que un determinado olor nos puede llevar, en el tiempo o en el
espacio y de forma más veloz que cualquier otro estímulo, a nuestra infancia,
a aquellas vacaciones, a la playa en la que pasamos una tarde, a nuestro
primer amor…al penúltimo… el olfato tiene un gran poder evocador y una
fuerte asociación con la memoria. Existe
una conexión casi instantánea entre aroma, cerebro y emoción y, por eso, sentimos
esa sensación tan agradable de bienestar con algunos olores.
La memoria olfativa es la única que no se desaparece. Las
caras de los que quisimos van desvaneciéndose con el tiempo, las voces se difuminan, sin embargo, los olores nunca se olvidan. “El recuerdo
es el perfume del alma” (George Sand), “El olor reside la misma esencia del alma, lo impregna todo de una
forma pertinaz y tiene la capacidad de abrir las puertas del inconsciente,
desde las que se cuelan las escenas más amables y las más dolorosas” (Mercedes Pinto Maldonado).
El olfato es uno de los sentidos más poderosos, cada olor
que atraviesa nuestra pituitaria hace vibrar a nuestro cerebro. Inconscientemente,
los aromas provocan efectos relevantes en nuestra forma de comportarnos...nos relajan, nos estimulan, nos asustan, nos seducen...Un buen aroma eleva nuestro ánimo
y modifica la forma de pensamiento.
Nuestra capacidad para percibir olores depende de la intensidad
e indirectamente de la concentración, además de la memoria olfativa y de la
apreciación olfativa. Las sensaciones que percibimos al oler un determinado
aroma están condicionadas por nuestras vivencias. Cada uno tiene unos registros
y percibe los olores de forma distinta aunque hay aromas que, por norma general , nos gustan a todos...las páginas de un
libro nuevo, el pan recién hecho, el olor a tierra mojada… el olor del melocotón y de las fresas porque evocan el verano, las vacaciones, el sol, el descanso; el de las especias, el de las hierbas aromáticas, el olor de los cítricos ...el olor a café por la mañana...(¡¡sí!!,,,ese que me encanta).
El regalo de este post es
un fragmento de una hermosa novela, El perfume, de Patrick Suskind:
"Hay en el perfume una fuerza
de persuasión más fuerte que las palabras, el destello de las miradas, los
sentimientos y la voluntad. La fuerza de persuasión del perfume no se puede
contrarrestar, nos invade como el aire invade nuestros pulmones, nos llena, nos
satura, no existe ningún remedio contra ella”
¿Te atreves, hoy, a explorar un lugar dejándote guiar sólo por el olfato?...¿probamos durante esta semana a apreciar los olores de forma consciente, a prestar atención a los aromas que nos rodean? “Sólo hay un olor que puede competir con el olor a tormenta: el olor a madera de lápiz” (Ramón Gómez de la Serna)
“Con un olor de olvido en los cabellos, con un sonar de venas
misteriosas” (Vicente Huidobro)
Todos los besos