¿Dónde van los sueños que no se cumplen...?



Sueños que no pueden cumplirse:...

“No hay sueños imposibles ni tan lejos si somos como niños, sin miedo a la locura, sin miedo a sonreír”  (Rosana)

En muchos estudios sobre la memoria se describe el efecto Zeigarnik, que consiste en la necesidad de acabar aquéllo que está incompleto. Por eso dicen que los finales abiertos y las historias inacabadas son las más bonitas, que lo que se interrumpe siempre se recuerda mejor…

Estuve más lejos de lo que creo, o quizá demasiado cerca…sin duda, fue un sueño que se resistió, que se quedó en el camino de las ilusiones, porque que hay sueños que no se pueden cumplir y eso también  forma parte de la vida, de nuestra historia personal. A veces, esos sueños se entrometen buscando su espacio y nuestra atención. Fueron lo perdido y lo no alcanzado, el quiero y no puedo, ¡menuda encrucijada!…y, sin quedarnos enganchado a ninguno de esos sueños, todos volvemos la vista atrás de vez en cuando, todos pensamos en aquéllo que nos ilusionó tanto y que no pudo ser. Cuando recuerdo mi sueño imposible, siento emociones que me conmueven, que me impresionan, que me detienen, que me hace sentir algo parecido a la nostalgia, de un lugar, de una piel, de la presencia, de lo ausente,…el recuerdo de momentos vividos que significaron mucho para mí.

¿Dónde van los sueños que no se cumplen…? Creo que, sin duda, a un lugar en nuestro corazón… “El corazón sólo recuerda nubes, perdidos sueños e intangibles formas”  (César Brañas)  Los sueños que no se cumplen dejan allí un espacio que sólo podemos llenar cada uno…y, yo sólo puedo llenarlo de gratitud… Cuando miro atrás lo vivido, sólo pienso en el inmenso don de haber disfrutado momentos de tanta plenitud y es así como ese sueño que no fue posible, se convierte en un refugio momentáneo, en un oasis dónde reponer fuerzas…Esos sueños que no pudieron cumplirse quedaron incompletos, ...seguramente nos han abierto otros caminos que determinan lo que sentimos y lo que somos ahora.

El regalo de este post es un poema precioso, Dale vida a tus sueños, de Mario Benedetti.
Dale vida a los sueños que alimentan el alma,
no los confundas nunca con realidades vanas.
Y aunque tu mente sienta necesidad, humana,
de conseguir las metas y de escalar montañas,
nunca rompas tus sueños, porque matas el alma.

Dale vida a tus sueños aunque te llamen loco,
no los dejes que mueran de hastío, poco a poco,
no les rompas las alas, que son de fantasía,
y déjalos que vuelen contigo en compañía.

Dale vida a tus sueños y, con ellos volando,
tocarás las estrellas y el viento, susurrando,
te contará secretos que para ti ha guardado
y sentirás el cuerpo con caricias, bañado,
del alma que despierta para estar a tu lado.

Dale vida a los sueños que tienes escondidos,
descubrirás que puedes vivir estos momentos
con los ojos abiertos y los miedos dormidos,
con los ojos cerrados y los sueños despiertos

¿Sabes?...Pienso seguir teniendo todos los sueños que pueda, porque me ayudan, me dan fuerza, me ilusionan y me hacen vivir con pasión…creo que los sueños están para VIVIR en nosotros…Dime ¿Dónde crees que van los sueños que no se cumplen?...

Todos los besos