Textura: Estructura, disposición de las partes de un
cuerpo, de una obra, etc. (RAE)
“El verdadero valor de un
hombre se encuentra en los colores y texturas que cobran vida en otros” (Albert Scheweitzer)
“Me había dado cuenta de
que únicamente la percepción grosera y equivocada lo coloca todo en el objeto, cuando todo está en el espíritu”, dice Proust en el final de En
busca del tiempo perdido. Creo que no hay pensamiento que mejor explique la
seducción de la materia, esa atracción sensorial que aparece cuando nos apetece tocar o sentir algo.
De las texturas depende la vitalidad de una pintura, de una fotografía o de una obra musical. Las texturas también tienen un papel protagonista en nuestra vida. Algunas son reales porque podemos sentirlas y tocarlas, porque las percibimos a través del tacto. En las pinturas,
en las fotografías, las texturas no son reales, son visuales, lo que percibimos es su apariencia. Esta nos sugiere sensaciones táctiles de forma que, a través de nuestros ojos, percibimos texturas que
reconocemos por el tacto. La textura de los objetos influye en los sentidos, los
estimula y crea una reacción personal, a
veces de atracción, otras de rechazo. Por eso, puedes sentir emociones intensas al tocar determinadas texturas, por eso me siento tan bien cuando toco ese jersey que me regalaste.
Las texturas aportan expresividad y significado. Nos invitan a soñar, nos embarcan en un viaje mágico, haciendo de cada experiencia un momento inolvidable en nuestro camino. Cuando se desarrollan nuestro sentidos, comenzamos a apreciar las texturas del mundo que nos rodea y a entenderlo mejor a través de las sensaciones que recogemos..Son las texturas de nuestra vida, a veces reales, a veces visuales, diferentes pero con una misma intención, despertar nuestro interés y hacer de nuestra vida, algo emocionante…Nos abrirnos a la textura de cada momento que lo
impregna todo, lo que respiramos, lo que vemos, lo que oímos lo que
sentimos…lo que somos.
Creo que la textura del odio es resbaladiza y la de la venganza, como la de los helados de cubierta dura e interior blandito, la textura
de los momentos felices es crujiente… me encanta la textura lisa, líquida y uniforme de la calma, o la deliciosa textura de esa alegría que no se toca. La textura metálica del dolor, la áspera textura del silencio (y del viento)...La textura de una separación me
recuerda a la de una nube...la textura suave de la lejanía, la porosa de la hostilidad. El tiempo tiene la textura del blanco y negro de las fotografías como si, cuando el pasado se convierte en textura, inundase el ambiente de nuestro presente. Dime… ¿Qué textura tiene el rechazo?, ¿el enfado, la ira?... ¿De qué color
es el olvido? ¿su textura, su tamaño?...¿Cómo es la textura del deseo?...¿y la del amor?..
El primer regalo de este
post es la recomendación de un libro, Cómo
percibimos el mundo, de Ignacio Morgado:
“Para cada uno de nosotros, lo más
importante es lo que percibe nuestro cerebro, lo que sentimos, lo que captamos
de eso que llamamos realidad, que no es otra cosa que un concepto filosófico;
el medio en que vivimos es pura materia y energía”.
El segundo es la imagen de
un cuadro: Tacto de Brueghel de Velours, de la serie dedicada a los sentidos. En él se evocan diferentes sensaciones táctiles: la suavidad de las telas, el frío de las armaduras…Texturas
capaces de transmitir dolor, placer miedo, tranquilidad…
Las texturas tienen significado y nos dicen (¡nos gritan!) cosas. Vivimos
en pequeños momentos con texturas diferentes...¡Disfrútalos!. “El tejido del día, su lienzo débil” (Pablo Neruda)
Todos los besos