Que las huellas de tus pasos den lecciones de danza


Dejar huella:  Impresión profunda y duradera (RAE)
“Lo que no se comparte no deja huella”
(Josefina Aldecoa)
Hay quien dice que lo que realmente importa se mide por la huella que deja; que lo que verdaderamente significativo en nuestra vida es la huella que dejamos en los demás. 
Quizá sea así y por eso, creo que tus pies no dejarán huella en mi vida; sin duda, dejarán hueco. Entraste en mi vida por casualidad y la pusiste patas arriba. Sacas fuera de mí lo que está escondido, derribas todos los (mis) muros y creas puentes. Me ayudas a conocerme mejor. Tengo que confesarte que a veces, eso me incomoda porque me haces mirar hacia dentro para poder cambiar “cosas”. Me ofreces otra perspectiva de mi mundo; lo que dices, cómo lo dices, lo que haces, cómo lo haces, lo llena de una belleza singular e inusitada. Me ayudas a cuestionarme mi pasado, mi presente y mi futuro. Me muestras lo que es y lo que ha sido. De repente, todo tiene sentido, incluso lo que antes no tenía importancia. Sin duda, pisas fuerte, sin duda, dejas huella aunque camines con suavidad y llegues lejos. Las huellas que provoca tu ternura son marcas imborrables en mi memoria, en mis recuerdos y en mi corazón.
El regalo de este post es un texto de Jorge Luis Borges:
“Cada persona que pasa por nuestra vida es única. Siempre deja un poco de sí y se lleva un poco de nosotros. Habrá los que se llevarán mucho, pero no habrá de los que no nos dejarán nada. Esta es la prueba evidente de que dos almas no se encuentran por casualidad”.

Andas. Dejan huellas tus pies...y lo sabes. “Que las huellas de tus pasos den lecciones de danza” (Alejandro Jodorowsky).

Todos los besos