Irse y quedarse, y con quedar partirse



Escapada: Abandono temporal de las ocupaciones habituales, generalmente con objeto de divertirse o distraerse (RAE)

“Uno vuelve siempre a los viejos sitios donde amó la vida” (Chavela Vargas)

Escapar,...escapadas en las que uno descubre la persona que desea ser, cuando no hay fingida felicidad, cuando a lo mejor somos menos sonrientes pero más auténticos. Escapadas que hacen aflorar lo que sentimos y nos hacen conscientes de nuestro yo más sincero. Su magia es que consiguen desmoronar nuestras seguridades y sólo, en ese preciso momento, es cuando somos capaces de explorar una nueva manera de ver la vida. Hay una oración ortodoxa que dice “Ata los fragmentos de mi alma,” ¿habéis sentido eso cuando os habéis escapado así?...

“Perderse” en la montaña, irse a otro lugar, caminar hacia no sé dónde…trocitos de vida que te regalan la posibilidad de estar en armonía con quién eres, de recuperar la visión de lo que ocurre. Escapadas en las que a veces hay sol y a veces, niebla. “La niebla es, después de todo, una nube que no tiene ganas de volar (James Trefil), en las que a veces cambiamos el “soy” por el “fui”, en las que buscamos nuevos rincones para SER.

El primer regalo de este post son unos versos de un poema de Lope de Vega, en el que comenzó esta entrada:
Irse y quedarse, y con quedar partirse,
Partir sin alma, e ir con alma ajena,
Oír la dulce voz de una sirena
Y no poder del árbol desasirse;
(…)
El segundo es una recomendación: 
Sé un viajero....escápate, sal, vive, rebusca entre lo que hoy tienes y deja atrás…para escaparse hay que caminar ligero, exprime cada momento, lánzate sin temor a esas escapadas donde tu corazón se ensancha, sin reservas, sabiendo que puede irte bien…

Eres, de momento, lo que has estado buscando hasta ahora ¡no pares! Irse y quedarse, y con quedar partirse (Lope de Vega).

Todos los besos